Hay tres libros, bajo mi punto de vista, esenciales para comprender las barbaries del régimen franquista desde el inicio de la guerra hasta bien concluida la mal llamada transición. Y los tres, curiosamente, no están escritos por historiadores, sino por periodistas. “Campos de Concentración de Franco” de Carlos Hernández; “El País de la Desmemoria” de Juanmi Baquero y “Esclavos por la patria (un antídoto contra el olvido de la historia)” de Isaías Lafuente que fue publicado por primera vez en 2002 y reeditado, una vez revisado y actualizado, el pasado año 2018.
Libros que, a pesar del tiempo transcurrido, siguen estando en vigor, y en estos días más que nunca debido a la exhumación del genocida y dictador, del Valle de Cuelgamuros. Tenía razón quien dijo que “Es más difícil exhumar el cadáver de un dictador desde la democracia que matar, asesinar y enterrar como enterró Franco”. Ya se acabó el anacronismo y la vergüenza de tener a un dictador en un mausoleo en pleno siglo XXI.
En estos tiempos manda la actualidad… y la actualidad son Franco y el oportunismo y la metedura de pata del gobierno “socialista” de Sánchez al hacer de un funeral en la intimidad un verdadero homenaje al franquismo. Lo vivido días atrás por cualquier demócrata (por ende, antifascista) fue una auténtica vergüenza. Un segundo funeral al dictador asesino con honores y vivas a Franco y con una ministra (notario mayor del reino) allí dando fe de ello. Patético. Recuerdo que esa misma ministra hace pocas semanas se fue en mitad de un homenaje en Mauthausen a los deportados españoles asesinados allí, porque unos pocos empezaron a gritar “llibertat presos politics”. Parece ser que le molesta más unos gritos catalanes que los vivas fascistas.
No quiero entrar en si la exhumación la han hecho en plena pre-campaña, porque no lo sé, y de lo que no tengo ni idea tengo a bien no opinar… pero tiene cierto tufo a que sí (como la sentencia del procés).
Luego, por si el ridículo había sido pequeño, el propio Sánchez en rueda de prensa en horario de los telediarios, las 3 de la tarde, se le ocurre decir que “Con esta exhumación se cierra el círculo para consolidar la democracia en España”… No se ha cerrado el círculo Sr. Sánchez, al contrario, se ha empezado a dibujar ese círculo, hemos comenzado el camino de la dignidad y no vamos a parar ahora, nos queda, por ejemplo:
- Anulación de juicios y condenas políticas de los tribunales franquistas.
- Juzgar a esos mismos asesinos franquistas
- El estado debe garantizar la apertura de fosas y cunetas para recuperar los casi 115.000 cadáveres diseminados en ellas.
- Reparar el expolio realizado a los republicanos, tal y como se hizo con los partidos políticos y sindicatos.
- Poner en marcha una verdadera Comisión de la Verdad extendiendo los hechos acaecidos desde 1931 hasta 1982.
- Derogar la Ley de Amnistía de 1977, verdadera artífice de atar de pies y manos a jueces para no juzgar los crímenes de lesa humanidad.
- Condenar el papel de la Iglesia durante y después de la Guerra.
- Reconocer a todos los presos que fueron esclavizados y no sólo en Cuelgamuros, sino en todos los campos de concentración (aquí y fuera), los destacamentos penales, las mismas cárceles, etc.
- Elaborar un Censo Nacional de Víctimas.
- Reparar la brutal represión sufrida por la mujer, la gran olvidada del conflicto.
- Retirar de una vez por todas y sin ambages, toda la simbología y parafernalia franquista de nuestras calles y plazas.
- Estudiar obligatoriamente, modificando el currículo o lo que haga falta, el tema de la Guerra Civil desde las escuelas hasta en la universidad.
- Ampliar el concepto de “Víctimas” a los familiares, Maquis, Bebés robados, Internados en campos de concentración, etc.
- Actualizar los mapas de fosas y cunetas.
- Modificar la actualmente mal llamada “ley de memoria histórica” de 2007 que incluso señala la condición de espacio sagrado a la basílica de Cuelgamuros y, por lo tanto, inviolable si no es con la aprobación expresa de la autoridad religiosa. Una ley de MH hecha también por el PSOE.
Eso, así, a bote pronto, así que eso de que se ha cerrado el círculo, dista mucho de la realidad memorialista. No basta con ir por la tarde, y en secreto, a la tumba de las 13 rosas (por primera vez, no le habíamos visto en los cientos de homenajes hechos allí NUNCA). Y porque estamos en tiempos pre electorales.
Todo esto ha pasado por haber creado una sociedad sin memoria que permite la apología del franquismo y el pisoteo a las víctimas. ¿O acaso alguien ha leído en la escuela la realidad de las fosas comunes?, ¿o de los campos de concentración de aquí, a nuestro lado, en nuestra ciudad? ¿O de los cientos de miles de bebés robados? ¿O de los fusilados? ¿O torturados y encarcelados? ¿O de las mujeres violadas, rapadas y exhibidas por el pueblo semi desnudas o desnudas por rojas?… Así es como se crea esa sociedad desmemoriada.
Independientemente de los más de 200.000 asesinados (más de la mitad en pueblos, sin juicio previo, por matones falangistas y carlistas en su mayoría, por el mero hecho de no pensar como ellos), quedan otros muchos de cientos de miles más de aquellos reclusos, presos políticos, a fin de cuenta, hombres y mujeres que levantaron España sobre sus espaldas que murieron por accidentes en las obras donde les explotaban, enfermedades (tuberculosis, tracoma, tifus exantemático), y en este colectivo no hay que olvidarse de incluir a los republicanos españoles que fueron capturados en Francia por la Whermatch y que, rechazados por Franco, fueron considerados apátridas y usados como mano de obra forzada por Hitler. De alguna manera aquí reivindico un cierto reconocimiento público para todos estos hombres y mujeres que, por razones generacionales, están ya casi todos muertos o lo estarán en los años próximos.
Sr. Sánchez, no hemos cerrado un círculo… hemos comenzado a hacerlo y falta mucho, tanto, que no sé, dudo, que mis biznietos puedan verlo cerrado.
Salud y República.
Luis Fernández es miembro de la Mesa de Memoria Histórica del distrito de Latina, Madrid
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