Azaña, Manuel (Alcalá de Henares, España, 1880-Montauban,
Francia, 1940) Político y escritor español. Uno de los políticos e
intelectuales más destacados del republicanismo español, se le llegó a
considerar como el hombre que «encarnaba» la República. Educado en el colegio
Complutense, el instituto Cardenal Cisneros y el colegio María Cristina de El
Escorial, en 1900 se doctoró en derecho por la universidad de Zaragoza.
Tras
ocupar algunos años plaza de funcionario de la Dirección General de Registros y
Notariado, en 1911 marchó a París a ampliar estudios. A su regreso colaboró en
los periódicos El Imparcial y El Sol, dirigió las revistas La Pluma y España y
se relacionó con el movimiento reformista liderado por Melquíades Álvarez. Poco
más tarde se pasó a las filas republicanas y participó en la fundación de
Acción Republicana, formación que ofreció un mensaje social exento de
demagogia, pese a lo cual fue disuelta durante la dictadura de Primo de Rivera.
En un contexto de gran conflictividad social, Azaña colaboró intensamente al
advenimiento de la Segunda República como miembro del comité revolucionario de
1930.
Tras la abdicación de Alfonso XIII, formó parte del gobierno presidido
por Alcalá Zamora. Como ministro de Guerra reorganizó el ejército, y como
parlamentario influyó en el tono laico de la nueva Constitución. Partidario de
la limitación de la influencia de la Iglesia en el país, la polémica suscitada
por esta causa, en especial la cuestión de la enseñanza religiosa, que en aquel
momento suponía casi la totalidad de los colegios de España, lo movió formar
gobierno con los socialistas, pero en 1933, presionado por la oposición
conservadora, se vio obligado a dimitir. Un año más tarde, a instancias de sus
enemigos políticos, fue encarcelado sin prueba alguna, bajo la acusación de
haber intervenido en el enfrentamiento de la Generalitat de Cataluña con el
gobierno central, hecho que negó tanto entonces como posteriormente en su libro
Mi rebelión en Barcelona (1935).
Por esas mismas fechas reagrupó su partido y,
junto con Marcelino Domingo, fundó Izquierda Republicana. Este partido
constituyó la principal referencia del Frente Popular, alianza de izquierdas
que obtuvo la victoria en las elecciones de 1936. Azaña accedió entonces a la
jefatura del gobierno y poco después, tras la destitución de Alcalá Zamora, a
la presidencia de la República. Sus primeros actos en este cargo fueron
decretar una amnistía para todos los «penados y encausados por delitos
políticos y sociales», otorgar reparaciones a las familias de las víctimas
tanto de las fuerzas revolucionarias como de las gubernamentales y abordar la
reforma agraria y el restablecimiento de la Generalitat catalana. Pero la
sublevación militar del 18 de julio que desencadenó la guerra civil trastocó
irremisiblemente sus proyectos gubernamentales.
En 1939, poco antes de
finalizar la contienda, Azaña pasó a Francia, donde se refugió en la embajada
española, en la que dimitió de su cargo. La obra escrita de Azaña ocupa lugar
destacado en la historia de la cultura española del siglo XX. Intelectual
lúcido y riguroso, fue autor de ensayos, históricos unos, como Los motivos de
la germanofilia, Reims y Verdún (1917) y La política francesa contemporánea
(1919), que trata sobre algunos aspectos de la Primera Guerra Mundial, y
literarios otros, como Vida de don Juan Valera (1926), por el que se le
concedió el Premio Nacional de Literatura, Plumas y palabras (1930) y La
invención del Quijote y otros ensayos (1934). También escribió dramas, como La
corona (1930) y La velada en Benicarló (1939), novelas, como El jardín de los
frailes (1926), que evoca el tiempo de su adolescencia y critica la educación
religiosa, y libros autobiográficos, como Memorias íntimas (1939).
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